2/3/12

EL BENEFICIO DE LA MEDITACION




Una de nuestras humanas contradicciones es el hecho de estar pensando constantemente en el futuro o en el pasado, los jóvenes piensan en el futuro porque tienen más por delante, y los viejos piensan en el pasado porque tienen más de él vivido. Pero para experimentar la vida hemos de vivir cada momento, la vida no ha sucedido en el pasado, eso es recuerdo, Y la vida no va a suceder en el futuro, eso es planificación. El único tiempo en el que podemos vivir es ahora, en este momento, y pese a parecer absurdo, tenemos que aprender a hacerlo.
Todos somos capaces y eficientes a la hora de cuidar nuestro cuerpo. Lo lavamos y le ponemos ropa limpia, descansamos nuestro cuerpo cada noche. No seriamos capaces de soportar la tensión de vivir si no descansáramos, le damos la comida necesaria para cubrir nuestras necesidades y hacemos ejercicio o al menos caminamos. Pues si hacemos todo esto con nuestro físico, eso mismo debemos de hacer con la mente.  
En realidad es incluso más importante, porque la mente es el amo del cuerpo. El mejor de los sirvientes no puede trabajar si tiene un amo débil y descontrolado. El amo ha de dirigir al sirviente. Si el amo es eficiente sereno y sabio, la casa estará en orden, aunque el sirviente no sea muy fuerte y vigoroso.
Esta mente y este cuerpo son nuestra casa. Si el interior de esta casa no está en orden, tampoco lo estará el exterior.
En todo el universo nada es comparable a la mente ni puede sustituirla, todo es producto de la mente. Sin embargo todos la usamos con desconsideración. El cuerpo no lo descuida nadie, cuando necesitamos reposo nos tumbamos a descansar. Pero ¿y la mente? Sólo el que medita cuida de ella.
Si la vida ha de crecer en visión y profundidad, es esencial cuidar de la mente, de otro modo, la vida permanece en dos dimensiones distintas, muchas vidas se viven en las realidades del ayer y del mañana, lo bueno y lo malo, lo que quiero, lo que no quiero. Solo cuando la mente esta entrenada podemos ver otras dimensiones.
Lo primero que hemos de hacer con la mente es lavarla, como hacemos con el cuerpo, no una o dos veces al día, sino en cada momento que estemos despiertos, ¿y cómo?, la mente solo puede limpiarse con la mente, lo que la mente ha puesto allí, la mente puede quitarlo. Un segundo de concentración en una meditación es un segundo de purificación. Por lo tanto 20 minutos diarios de meditación significan el total aireamiento y limpieza de nuestra mente, poco a poco encontraremos la paz y la serenidad perdidas por el agobio y el estrés diario.