19/12/11

EL PERDON





EL PERDÓN
Cada vez que perdonas de veras a alguien, hay un poco más de bondad en el mundo. Para poder perdonar hay que ser valiente, conocerse a sí mismo, quererse y tener una mente serena.
La capacidad de perdonar es el atributo de aquellos que tienen fuerza interior. Aunque creas ser alguien que perdona, sólo será así cuando seas capaz de perdonar a la persona que te ha herido u ofendido profundamente.
 La vida es la aventura de perdonar a los demás, ya que el perdón cura todas las heridas, sea lo que sea lo que las haya causado. Aunque no siempre cure una relación, siempre cura tu vida.
En realidad, no importa si la persona que te ha herido se merece que la perdones. El perdón es un regalo que tú te ofreces a ti mismo, porque al perdonar te desprendes de la carga de dolor y amargura que llevabas a cuestas. Cuando perdonas, curas tus miedos y experimentas libertad y serenidad, el estado en el que reside la satisfacción. La satisfacción es una felicidad madura. No pretende nada, ni ninguna situación puede disimularla.
Si tu vida está afectada por alguien que se niega a perdonar o que es incapaz de pedir perdón, deséale lo mejor y deja que se vaya de tu vida, junto con su rabia.

LA INTEGRIDAD

 

LA INTEGRIDAD
Tu vida mejora solamente cuando te arriesgas, y el riesgo más autentico y difícil que puedes correr es ser sincero contigo mismo. Al serlo, eres integro, y esta cualidad es la acción directa del alma sobre el mundo, la integridad es la energía que subyace en el cambio y la energía del propio cambio.
Los cambios ejercen un enorme impacto emocional en la conciencia humana. Los pesimistas los ven como una amenaza, porque significa que las cosas pueden empeorar. En cambio, para los optimistas son estimulantes, porque quiere decir que las cosas pueden mejorar. Y para los que confían en sí mismos son inspiradores, pues los retos existen para mejorar las situaciones. La integridad es el honorable y elegante uso del cambio. Al ser integro contigo mismo, mientras todo cuanto te rodea cambia, afrontas los cambios sin despreciar tu conocimiento interior de aquello que es verdadero, ético y natural.
Cuando tu integridad se menoscaba, pierdes la conexión natural que mantienes con los demás y te aíslas, y cuanto más vives de ese modo, mas sigues buscando fuera aquello que sólo puedes encontrar dentro de ti.

LA AUTOESTIMA

LA  AUTOESTIMA     






Solemos creer que la autoestima tiene que ver con la confianza en uno mismo, con una actitud positiva o con ser capaz de seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles, pero todo esto no es más que una parte de la historia. La verdadera autoestima consiste en saber posicionarse en el lugar adecuado, de la forma adecuada,  en el momento adecuado. Esta habilidad no se basa en el ego ni en unas intenciones egoístas, sino en la conexión que mantienes con el amor que fluye armoniosamente con los ciclos naturales de la vida. A esta clase de sabia autoestima no le hace mella el miedo y te permite responsabilizarte de tus propios pensamientos, palabras y acciones. En lugar de ser una proyección del ego, es lo opuesto, el reconocimiento del alma y el efecto que ejerce en el mundo como una fuerza real.
Semejante autoestima constituye la cualidad sagrada de la vida aplicada a las situaciones cotidianas que vivimos. Todos tenemos esta clase de autoestima que nos conecta con todo el mundo, puedes sentirla en los demás simplemente cuando les abres tu corazón.